¿Puedo quedarme para siempre?
Visita a Susanne Kaufmann
Lo que empieza como un viaje de negocios a Austria pronto se convierte en un viaje de autodescubrimiento profundamente reparador. Rodeada por los Alpes, el aire fresco de la montaña, prados exuberantes (y, por supuesto, unas cuantas vacas contentas), me registro en el Hotel Post Bezau de Susanne Kaufmann, un paraíso de sostenibilidad, relajación y reconexión con la naturaleza. Estoy aquí para adentrarme en el mundo de Susanne Kaufmann Skincare, una marca que me encanta desde hace años, y descubrir la historia de su visionaria fundadora. ¿Mi itinerario de dos días? Pura indulgencia: un baño de sonido, un tratamiento de spa rejuvenecedor y abundante comida para el alma. ¿Te interesa? Siga leyendo.
Día 1: Hotel Post Bezau de Susanne Kaufmann
Este hotel familiar, con 170 años de historia, combina la tradición austriaca con la modernidad minimalista. Los ventanales que van del suelo al techo y el silencio sereno del spa -sólo el susurro del viento y el canto de los pájaros- marcan la pauta para una relajación profunda.
Me dan una cálida bienvenida y me someto a un tratamiento facial Ectoin Repair, con el último suero de la marca diseñado para regenerar y proteger la piel. El silencio resulta inusual al principio, pero pronto mejora la experiencia. Después de 60 minutos, mi piel está fresca, calmada y parece haber absorbido la tranquila energía del balneario.
No es de extrañar que el Hotel Post Bezau haya sido galardonado con el Premio Mundial de Balnearios cinco años consecutivos: éste ha sido sin duda uno de los mejores tratamientos faciales que he recibido.
Día 2: Cita con Susanne
Susanne nos recibe en la puerta del hotel, lista para llevarnos a las instalaciones de producción y al almacén de un pueblo cercano, donde trabaja con Ingo Metzler, pionero de la agricultura sostenible. Dondequiera que miremos, los animales -cabras, pollos, conejos- prosperan. ¿La prueba? Las cabras tienen una estación de bienestar en el establo destinada al automasaje. ¿Genial? 10/10. Estas mismas cabras proporcionan el suero utilizado en los productos de baño de Susanne. La granja depende exclusivamente de la leche de heno, más rica en vitaminas y ácidos grasos como el omega-3 y el ácido linoleico, por lo que es especialmente nutritiva para la piel.
La visita deja a nuestro grupo maravillado: la marca Susanne lleva más de 17 años defendiendo la energía solar y la electricidad verde. ¿Lo más destacado? Una unidad de mezcla de emulsiones que funciona con energía solar y recicla el exceso de energía. Todas las máquinas funcionan con energía solar o electricidad verde, y el agua procede de un manantial privado de montaña. Un gran pulgar hacia arriba!
Otro aspecto destacado es la conexión directa con la naturaleza: el romero y el tomillo se cultivan in situ, y las ramitas de pino de los aceites de baño característicos de Susanne Kaufmann proceden directamente del bosque que hay detrás de la planta de producción. ¿Lo más destacado (además de los animales)? El almacén, construido íntegramente en madera: el doble de caro, pero una auténtica inversión en sostenibilidad.
Ya sabía que Susanne Kaufmann se basaba en prácticas reflexivas y sostenibles, pero verlo de primera mano me reveló mucho más. Mucha naturaleza, autenticidad, energía positiva, conocimiento, bienestar, pasión... y mucha relajación.
Susanne Kaufmann: "Producir localmente, centrarnos en socios regionales y fomentar colaboraciones a largo plazo con nuestros proveedores nos da una gran ventaja en prácticas empresariales sostenibles."



